PIEDRAS EN LAS QUE TROPEZAR
¿Cuántos de vosotros viajáis por países de Europa cental y os tropezáis con unas extrañas placas de laton dorado en el suelo?
Stolpersteine se le llamó al proyecto que inició el artista alemán Günter Demnig en los años 90. La idea de este autor se basa en conmemorar las victimas desaparecidas y asesinadas de la II Guerra Mundial poniendo una placa de laton dorado entre los adoquines en las calles de las ciudades afectadas por los nazis.
Estas placas puedes encontrarlas en conjunto, lo que quiere decir que era una familia, o bien individuales. Las placas se colocan frente al último hogar conocido de los fallecidos donde vivieron o trabajaron antes de ser encarcelados o deportados, generalmente, a petición de sus familiares que proporcionan los datos personales y a la vez se encargan de cubrir los gastos. En la placa pone (en su idioma materno): ‘'Aquí vivió o aquí trabajó’’ y el nombre de la victima junto a la fecha en la que fue deportado a un campo de trabajo y fecha de dónde y cuando ocurrió su triste final.
En el caso de Praga, mayoritariamente veremos que junto a los nombres aparece escrito el campo de concentración de Terezin (‘’Terezina’’) que se encontraba a 60km de la ciudad. Este no era un campo de exterminio pero si que murieron cientos de personas debido a la desnutrición y las pésimas condiciones de vida e higiene a las que los sometían. Algunos eran deportados a Auschwitz o Treblinka donde finalmente eran asesinados.
Este proyecto conmemora a todos los que murieron debido a la persecución sistemática realizada por los nazis. En Europa ya hay más de 13 mil placas conmemorativas.
“La palabra Stolpersteine se podría traducir como ´piedras en las que uno tropieza´. El nombre destaca la idea del proyecto que pretende llamar la atención de los transeúntes sobre este pequeño monumento. La persona se para, tiene que bajar la cabeza y así rinde homenaje a la víctima”.- Petr Mandl
Stolpersteine se le llamó al proyecto que inició el artista alemán Günter Demnig en los años 90. La idea de este autor se basa en conmemorar las victimas desaparecidas y asesinadas de la II Guerra Mundial poniendo una placa de laton dorado entre los adoquines en las calles de las ciudades afectadas por los nazis.
Estas placas puedes encontrarlas en conjunto, lo que quiere decir que era una familia, o bien individuales. Las placas se colocan frente al último hogar conocido de los fallecidos donde vivieron o trabajaron antes de ser encarcelados o deportados, generalmente, a petición de sus familiares que proporcionan los datos personales y a la vez se encargan de cubrir los gastos. En la placa pone (en su idioma materno): ‘'Aquí vivió o aquí trabajó’’ y el nombre de la victima junto a la fecha en la que fue deportado a un campo de trabajo y fecha de dónde y cuando ocurrió su triste final.
En el caso de Praga, mayoritariamente veremos que junto a los nombres aparece escrito el campo de concentración de Terezin (‘’Terezina’’) que se encontraba a 60km de la ciudad. Este no era un campo de exterminio pero si que murieron cientos de personas debido a la desnutrición y las pésimas condiciones de vida e higiene a las que los sometían. Algunos eran deportados a Auschwitz o Treblinka donde finalmente eran asesinados.
Este proyecto conmemora a todos los que murieron debido a la persecución sistemática realizada por los nazis. En Europa ya hay más de 13 mil placas conmemorativas.
“La palabra Stolpersteine se podría traducir como ´piedras en las que uno tropieza´. El nombre destaca la idea del proyecto que pretende llamar la atención de los transeúntes sobre este pequeño monumento. La persona se para, tiene que bajar la cabeza y así rinde homenaje a la víctima”.- Petr Mandl